Para que no se desgajen ni se tornen leñosas o peladas en la base, es conveniente podar las lavandas en la primavera.
Debe hacerse desde afuera hacia adentro de la mata, para estimular el desarrollo del follaje desde la base de la planta y que se cubran completamente de hojas. De esta manera también se controla el tamaño. La poda comienza cuando las lavandas todavía están compactas. Puede utiliarse una tijera de cerco para dar una forma redondeada o dar una forma más despareja o natural, con cortes alternados con tijera de podar de mano bien afilada.
En cuanto a las gramíneas la poda no es obligatoria y depende del gusto particular de cada persona.
Se puede mejorar el aspecto de las matas sin hacerles daño, ya que rebrotan enseguida si se encuentran en su época de crecimiento activo. Muchas gramíneas se vuelcan a medida que avanza el ciclo de crecimiento, este es un hábito natural y es bueno permitirles que se expresen como lo harían en una pradera de donde provienen. Uno de los mayores atractivos de las gramíneas reside en su aspecto natural y silvestre.
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